Desenlace
Se marchó con trozos de guitarra en sus zapatos
Su expedición estuvo oculta
Yo repetía los signos tras sus gestos,
daba vueltas a su rostro inhumano,
a su roce insensible
Me miraba y miraba el rojo de la tarde,
el extinto fuego del sol al irse.
Ya no existe el color trigo de mi piel
Se callaron los campos e
incendiaron las rosas
en medio del funesto silencio animal
Adiós, adiós, hasta pronto.
A.M.A
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