viernes, 5 de mayo de 2023

Relatos


 Los choques con la realidad son extremadamente grandes. Uno se da de frente con una velocidad indescriptible que el golpe no nos dejar reponer en mucho tiempo, algo así me sucedió hoy antes de despertar. Soñaba que organizamos una reunión con amigos muy cercanos. Hablamos de las cosas a las que nos dedicamos, de la familia que algunos habían formado, es decir de logros y derrotas. De pronto, alguien sugirió que vayamos por algo de comer. Entre todas las opciones elegimos ir a comer pollo asado. Llegamos al sitio, cada uno pidió su plato. Cuando ya todos estábamos listos con nuestra comida fui el primero en agarrar el pedazo de pollo y llevármelo a la boca. Era la mejor presa que había visto en mi vida, el dorado perfecto, el aceite que le hacía brillar como una joya de oro. Ni el mejores sueño había pensado comer algo así. A un dedo de que el pollo tocara mis labios, sonó el despertador.


Por: Álvaro Chillogallo

La escritura

 Hoy he recordado un poco de mis textos. He repasado poco a poco sus líneas, recordando qué me hacía darlos vida, era tan simple. Es verdad que ha pasado mucho tiempo sin expresarme mediante la palabra, lo he hecho para mis diarios privados, para mis adentros, porque finalmente son un proceso interno para sanar. Pero en verdad qué bonito se siente volver a esta pequeña parte de mi alma, el refugio sin tiempo ni espacio.

Le quitaré un poco el lugar a la obsesión por lo triste y daré paso a la libre palabra, de lo que sea de lo que quiera. Daré paso a la vida.

A un mes exacto de mis 26 años... 

05-05-2023

lunes, 23 de noviembre de 2020

 Solitarias


Mira cómo se mueven, ahora es un ave, ahora un conejo, algunos dicen que puede ser un lobo, se vuelven techo cuando llueve. Bajan hasta mi cara, me acarician cuando no hay nadie, me permiten juguetear un rato con ellas… y luego, se cansan y se esconden tras una tela de gamuza. El frío las enloquece, se vuelven temblorosas y cianóticas. Cuantos viajes habrán recorrido sin mi presencia, después de cubrirlas con la crema olor a coco que les encanta, se sienten bellas y descansan tranquilas. A veces me piden sentir algo diferente, y como si estuvieras ahí, recordándote, se emparejan, se enganchan, pero no es igual. Otras veces las miro vacías, y siento pena por ellas, entonces coloco en la derecha el anillo de la abuela. Ellas me lo agradecen, lo sé, están hartas de mi soledad.


A.M.A.



jueves, 5 de marzo de 2020

                 No me olvidarás

Estás dibujando mi sonrisa 
en otros rostros
para poder verme 
siempre. 
Estás robando
todas las flores 
de mi jardín 
y adornando con ellas 
tus ventanas
para que el viento fresco
en la mañanas 
te traiga mi olor. 
No me voy a disculpar 
por estar 
donde no quieres, 
si eres tú quien me guarda
aún en tu bolsillo 
para recordarte 
la felicidad perdida. 
Imbécil tú
que ya nunca podrás 
verme completa, 
Satisfecha yo, 
por perpetrar mi venganza 
al rondar por tu mente y asfixiar 
con los pedazos que te quedan de mi
tus noches. 

Ana María Arévalo 
04.03.2020

sábado, 22 de febrero de 2020


He encontrado mis poemas de hace dos años. Hoy reviven en mi memoria.

                     Miedo

miércoles, 19 de febrero de 2020


Este poema escribí en 2018, pero qué bien viene ahora.

              Vuelve el dolor

lunes, 3 de febrero de 2020



Perdón por no haberte escrito un poema
Ya sabes, de los que escribo
los que son cortos
y sin gracia
perdón,
pero a veces siento que te merecías otras cosas
No sé,
un poco de calor
sonrisas
tardes de cine
de teatro
Si no te he escrito un poema
es porque aún espero
espero que me lo susurres
entre una despedida
entre tres gotas de lluvia en nuestra cara
entre la canción que está apunto de acabarse
de esfurmase
y reposar en tu memoria
La que recordarás un domingo por la tarde
Cuando la estés abrazando
y por ahí
aparezca yo
pequeña
furtiva
intacta


Para él
A. M. A.
04-02-2020