viernes, 5 de mayo de 2023

Relatos


 Los choques con la realidad son extremadamente grandes. Uno se da de frente con una velocidad indescriptible que el golpe no nos dejar reponer en mucho tiempo, algo así me sucedió hoy antes de despertar. Soñaba que organizamos una reunión con amigos muy cercanos. Hablamos de las cosas a las que nos dedicamos, de la familia que algunos habían formado, es decir de logros y derrotas. De pronto, alguien sugirió que vayamos por algo de comer. Entre todas las opciones elegimos ir a comer pollo asado. Llegamos al sitio, cada uno pidió su plato. Cuando ya todos estábamos listos con nuestra comida fui el primero en agarrar el pedazo de pollo y llevármelo a la boca. Era la mejor presa que había visto en mi vida, el dorado perfecto, el aceite que le hacía brillar como una joya de oro. Ni el mejores sueño había pensado comer algo así. A un dedo de que el pollo tocara mis labios, sonó el despertador.


Por: Álvaro Chillogallo

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